La edición de hoy martes de la tertulia política de Cuatro, dirigida por Jesús Cintora, ha sido un suplicio para el ideólogo de Podemos, que no sólo ha recibido un severo correctivo dialéctico de Pedrojota Ramírez, con quien el programa ha conectado en directo. El economista José Carlos Díez, asesor que lo fue de José Luis Rodríguez Zapatero y comentarista habitual en distintos programas de La Sexta, también ha tenido un encontronazo con Monedero, al que le ha explicado por qué las medidas que propone Podemos son un completo disparate imposible de llevar a la realidad.
En concreto, Díez le ha recriminado que en las propuestas aprobadas por la convención de Podemos este pasado fin de semana se incluya la reforma del Banco Central Europeo, como si un partido político tuviera la capacidad de modificar por sí mismo los estatutos de una institución financiera continental como el BCE. Díez le ha aclarado a un acogotado Monedero, cada vez más nervioso, que para llevar a cabo ese cambio se necesita la unanimidad de los 28 países de la UE y la reforma de las constituciones de los 18 países que forman la zona euro, decisiones que, evidentemente, no dependen de Juan Carlos Monedero; ni siquiera del propio Pablo Iglesias.
Monedero había acusado momentos antes al Gobierno de Rajoy de carecer de legitimidad por haber incumplido su programa electoral. Díez le ha planteado entonces que la ilegitimidad de Podemos es todavía mayor, puesto que su programa electoral es un timo a los votantes con un catálogo de medidas imposibles de llevar a la práctica. El hecho de que, además, la reforma del BCE vaya incluida en el paquete de propuestas de unas elecciones municipales y autonómicas es todavía un contrasentido mayor, puesto que ni siquiera ese es el ámbito territorial en el que supuestamente debería aplicarse la ambiciosa medida.
Monedero, cada vez más confuso, ha intentado zafarse espetando a su oponente que "el problema de los economistas que tú representas es que siempre os planteáis una serie de imposibilidades (sic) y ahí os quedáis". En efecto, una de esas imposibilidades es que un pequeño partido de un país europeo cambie la organización del BCE o que sus dirigentes pretendan gestionar las finanzas de todo el continente en función de lo que determinen sus "círculos" de simpatizantes.
La mañana ha sido tan adversa para el ideólogo de Podemos que incluso Jesús Cintora, caracterizado por su trato siempre preferente a los portavoces de la formación izquierdista, se ha visto obligado a recriminarle sus palabras sobre la necesidad de que surja en España cuanto antes un Robespierre.
En concreto, Díez le ha recriminado que en las propuestas aprobadas por la convención de Podemos este pasado fin de semana se incluya la reforma del Banco Central Europeo, como si un partido político tuviera la capacidad de modificar por sí mismo los estatutos de una institución financiera continental como el BCE. Díez le ha aclarado a un acogotado Monedero, cada vez más nervioso, que para llevar a cabo ese cambio se necesita la unanimidad de los 28 países de la UE y la reforma de las constituciones de los 18 países que forman la zona euro, decisiones que, evidentemente, no dependen de Juan Carlos Monedero; ni siquiera del propio Pablo Iglesias.
Monedero había acusado momentos antes al Gobierno de Rajoy de carecer de legitimidad por haber incumplido su programa electoral. Díez le ha planteado entonces que la ilegitimidad de Podemos es todavía mayor, puesto que su programa electoral es un timo a los votantes con un catálogo de medidas imposibles de llevar a la práctica. El hecho de que, además, la reforma del BCE vaya incluida en el paquete de propuestas de unas elecciones municipales y autonómicas es todavía un contrasentido mayor, puesto que ni siquiera ese es el ámbito territorial en el que supuestamente debería aplicarse la ambiciosa medida.
Monedero, cada vez más confuso, ha intentado zafarse espetando a su oponente que "el problema de los economistas que tú representas es que siempre os planteáis una serie de imposibilidades (sic) y ahí os quedáis". En efecto, una de esas imposibilidades es que un pequeño partido de un país europeo cambie la organización del BCE o que sus dirigentes pretendan gestionar las finanzas de todo el continente en función de lo que determinen sus "círculos" de simpatizantes.
La mañana ha sido tan adversa para el ideólogo de Podemos que incluso Jesús Cintora, caracterizado por su trato siempre preferente a los portavoces de la formación izquierdista, se ha visto obligado a recriminarle sus palabras sobre la necesidad de que surja en España cuanto antes un Robespierre.
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