Leire Díez
14/08/2016 11:38 AM
Es curiosa la nueva política. Llega llena de principios de los de Groucho Marx, “si no le gustan estos, tengo otros”. Podemos vino a ser la voz de la gente y se quedó afónico vociferando contra la gente que no tenía pensamiento único morado, y Ciudadanos de Albert Rivera vino como adalid de la transparencia y la lucha contra la corrupción y se ha quedado en cómplice colaborador necesario de los robos, desfalcos, latrocinios y desmanes del PP de Mariano Rajoy.
Rivera, escribes una carta pidiendo “responsabilidad”, y que tus “compatriotas socialistas” nos sumemos a tu “sentido del Estado”. Fíjate que hablo de la primera persona del plural porque, aunque esta carta se la diriges a Pedro Sánchez, en realidad nos la diriges a cada uno de los socialistas que estamos representados por nuestro Secretario General.
Verás, Albert Rivera, el PSOE es un partido con 137 años de historia que lleva luchando por valores como la justicia social o la igualdad mucho antes de que ni tú ni yo estuviéramos ni en proyecto. No hables de responsabilidad a un partido que ha dejado muchas vidas por defender algo tan esencial como la libertad de expresión, la libertad de ideas o la libertad de luchar por una sociedad más justa y que no tuviera la voz atenazada por quienes la silenciaban de un tiro en la nuca.
No hables de responsabilidad, Rivera, a quienes el dolor por la pérdida de los nuestros no impidió lograr algo mucho más importante que la teatralidad política a la que nos estás sometiendo desde el 26 de junio, la PAZ. Déjame que te lo ponga en
mayúsculas porque esa responsabilidad es la que permitirá que mis hijas y tu hija sólo sepan del terror en los libros de Historia.
“Ser constitucionalista es mucho más que usar la Constitución como excusa para lo que al PP le conviene, Albert.”
No hables de responsabilidad a un partido que con el dolor de sus muertos en las cunetas, heridas en el alma por la pérdida de los suyos y con los hijos huérfanos de padres valientes que se atrevieron a alzar la voz para que los suyos no vivieran en otra cosa que no fuera Democracia, impulsaron una Transición a la que el PP
dio la espalda, no sólo por su actitud de desprecio en la firma de la
Constitución sino por la negativa acérrima a despreciar una dictadura que trajo mucho dolor a este país y la continua actitud de desprecio de esos muertos en las cunetas.
Ser constitucionalista es mucho más que usar la Constitución como excusa para lo que al PP le conviene.
No, Albert, los socialistas no nos sumamos a “tu sentido de Estado”. Por lo menos no a tu sentido de Estado tras el 26 de junio que parece muy distinto al que mostraste tras el 20 de diciembre.
Y no podemos sumarnos a él porque lo que hoy haces no es otra cosa que indultar a Rajoy. No sólo le indultas cuatro años nefastos de recortes, de injusticia social, de desigualdad o de leyes restrictivas que nos retrotraen a años pretéritos de cuyo nombre no quiero acordarme. Indultas la LOMCE, indultas la destrucción de
la Ley de Dependencia, la privatización de la Sanidad, la reforma laboral e indultas que en más de la mitad de los hogares españoles no entren ingresos.
“Pides acabar con los indultos e indultas a Rajoy y al PP. ¿Es tu definición de ‘responsabilidad’ y ‘sentido del Estado’, Albert?”
Indultas, Albert, que la tercera parte de los niños de este país pasen hambre mientras que las amnistías fiscales de Montoro ha permitido blanquear ingentes cantidades de dinero robado, –sí, robado- a los españoles. Indultas su corrupción, cada ladrillo de Génova pagado con el dinero robado a los españoles, indultas a cada uno de los miembros del Comité Nacional que ha sido cómplice de los desmanes, indultas la patada en el culo a la dignidad de los
españoles víctimas del este PP que, te recuerdo, está imputado por corrupción como organización.
Pides acabar con los indultos e indultas a Rajoy y al PP. ¿Es tu definición de “responsabilidad” y “sentido del Estado”?
Has pasado, Albert, de pactar 200 medidas de cambio con el PSOE a pactar un pase de pernocta a Rajoy y al PP porque no has tenido los arrestos de mantener la palabra dada en las elecciones.
Travestir lo que es un incumplimiento de tu palabra por un supuesto “sentido de Estado” es exactamente lo que hizo Rajoy la pasada legislatura recortando la Sanidad, Educación, Dependencia o prestaciones por desempleo por “el bien de los españoles”.
Y, sobre todo, Albert, ¡no nos tomes por tontos a los españoles, hombre! Los seis puntos propuestos al PP como condición para negociar una investidura son como las alubias que usan los pasiegos para jugar a la Flor. Parece que valen un potosí
pero, cuando acaba la partida, el mayor beneficio es un jamón y un trozo de queso envasado al vacío. No valen para nada porque no dependen ni de ti ni del PP. Ni tan siquiera de los dos juntos.
Y, a diferencia de ti, Albert, los socialistas creemos que nuestro programa electoral es un contrato con la ciudadanía y que respetarlo es la única forma de devolver a la ciudadanía la confianza en la política.
José Luis Rodríguez Zapatero gobernó una legislatura con 170 diputados y la sacó adelante. En realidad, a Mariano Rajoy no le hace falta más apoyo que el tuyo y el de los partidos nacionalistas que están en el mismo espectro ideológico que tú. Y no te engañes, son los mismos con los que pactaste para tener la mayoría
en el Congreso. Y no nos engañes, no te molesta que el PP se “encame con ellos” para lograr formar el Gobierno porque, en realidad, la patria del PP está tan difuminada que ya no sabemos si tiene la capital en Madrid o en Berna.
“Perdona mi torpeza, Albert, pero no he visto la misma carta a tus compatriotas populares tras el bloqueo al que sometieron a este país el 20 de diciembre con la “espantada” de Rajoy. Te agradecería que me la pasaras porque la leeré con gusto.”
¿Sabes qué es el orgullo socialista? Es estar orgulloso de nuestros principios, de nuestra Historia y de nuestros logros. Es estar orgullosos hasta de los errores que hemos sido capaces de corregir y de los que podremos corregir porque la pluralidad nos permite una autocrítica desconocida en partidos como el PP y los de la “nueva política” se que ha demostrado personalista e idólatra. El orgullo
socialista es el de la militancia que arropa al Secretario General en un “no” coral y colectivo porque no, no somos lo mismo. Y, sobre todo, no queremos serlo.
Orgullo socialista es decir “no” a Rajoy del que tú dices que “no es la persona adecuada para liderar una nueva etapa”. Nosotros sí tenemos un líder honesto y limpio, capaz de liderar una nueva etapa -en la oposición o en el Gobierno-.
Decantarse por una persona inadecuada como has hecho tú es tu opción, lo que no es ético es que pidas la adhesión de los demás.
Perdona mi torpeza, pero no he visto la misma carta a tus compatriotas populares tras el bloqueo al que sometieron a este país el 20 de diciembre con la “espantada” de Rajoy. Te agradecería que me la pasaras porque la leeré con gusto.
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