martes, 27 de enero de 2015

EL MESÍAS PABLO IGLESIAS ES UN TRILERO DE TABERNA BARATA

Don Pantuflo (de Marcos Paradinas)
En su entrevista en La Sexta, Pablo glesias suspendió con estrépito por varias razones, lo que causa aún más sorpresa si se tiene en cuenta el tiempo que ha tenido para estudiarse la lección




Con Pablo Iglesias pasa como con la rosa de Mecano, que no se puede vivir sin ella, pero con ella tampoco. Sólo así se explica que hayan pasado de reprocharle que estuviera hasta en la sopa televisiva a criticarle porque se esconda de las entrevistas, sobre todo tras su espantada de Telecinco. Desde entonces, casi dos meses han pasado sin que se haya visto a Iglesias pasarse por un plató de televisión, lo que explica que este sábado su entrevista en La Sexta Noche arrasara y casi doblara en audiencia a la competencia de Telecinco.

Pero también había muchas ganas de escuchar al líder de Podemos explicar el asunto de los dineros de Juan Carlos Monedero, que ocupó buena parte de su comparecencia. Y en este aspecto, para mi gusto, Iglesias suspendió con estrépito por varias razones, lo que causa aún más sorpresa si se tiene en cuenta el tiempo que ha tenido para estudiarse la lección.

Para empezar, nadie, al menos en este medio que dio la noticia, le ha acusado de evitar pagar el IVA de manera ilegal. De hecho, en la primera información no sólo no se le acusaba de ningún delito, sino que se señalaba que no habría pagado el IVA -un hecho cierto- porque existe una “única excepción” que lo permite: “El caso de que los ingresos de esta empresa provengan de servicios realizados en el extranjero. E igualmente, al no aparecer carga de IVA en las facturas recibidas, se deduce que también los servicios solicitados habrían sido realizados por personas o empresas con residencia fiscal fuera de España”.

El segundo error es el de abrumar a los contertulios con tecnicismos legales difíciles de comprobar en directo, pero que sí pueden contrastarse con calma. Algo en lo que incurrió al señalar que “como conocéis, el artículo 19 de la ley de incompatibilidades explica que los servicios de informes y consultorías no implican solicitar la compatibilidad”. Un aspecto que para nada recoge dicha ley, a no ser que Pablo Iglesias tenga un BOE diferente al mío. Como mucho, podría acercarse el apartado f)  de la ley que exceptúa “la producción y creación literaria, artística, científica y técnica, así como las publicaciones derivadas de aquéllas”, aunque la frase termina con un claro “siempre que no se originen como consecuencia de una relación de empleo o de prestación de servicios”. Y Monedero no escribió unos papeles para la revista Nature, sino que hizo una “prestación de servicios” que ascienden a 425.150 euros. A esto hay que sumar que Monedero pidió el pasado mes de diciembre a la Complutense el permiso para realizar trabajos externos; el mismo que según Iglesias no necesitaba pedir.

El tercer desliz lo tuvo Iglesias cuando Rubén Amón le preguntó por la “contradicción ética” de que un partido que defiende el “reparto de la riqueza” tenga como líder a un señor que realiza“subterfugios legales” para pagar menos impuestos a Hacienda, como es el hecho de crear una sociedad para facturar los servicios de una persona física. La única defensa que consiguió hilar Iglesias fue que Monedero “podría haber abierto una sociedad en un país latinoamericano o en un paraíso fiscal”, pero no lo hizo, por lo que “hay pocos ejemplos de ética como el de Monedero”. Es decir, que casi hay que aplaudir a Monedero porque encontrase un vacío en el sistema y lo usase en lugar de atracarnos a cara descubierta.

Y por último, el error que más daño puede hacer a Iglesias, más allá de mentiras técnicas y falacias de falso dilema, fue su actitud mostrada con Eduardo Inda. Porque llamar “pantuflo” al periodista podría haber pasado una vez y podría haber sido un calentón del momento. Pero la manera en que lo hizo, desde el principio, demuestra una preparación previa que algún asesor debería haberle censurado, sobre todo si lo utiliza como método para desviar la atención de las preguntas que le hacían. Y llamarle “pantuflo” hasta en siete ocasiones demuestra un ensañamiento innecesario.

Está claro que Inda utiliza la provocación, sobre todo con Podemos y sus dirigentes, y que, en más de una ocasión, se puede haber excedido en sus acusaciones a la formación. Pero Inda no deja de ser, ni más ni menos, que un periodista. Sin embargo, quien estaba enfrente, poniéndole motes  como un matón de colegio, es la persona que con más fuerza aspira a ser el presidente de Gobierno de todos los españoles.

Marcos Paradinas es redactor jefe de ELPLURAL.COM
Blog El Día de la Marmota
En Twitter es @mparadinas

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