jueves, 19 de febrero de 2015

Carta, a Pablo Iglesias, de un periodista con principios.

Bien sabido es de quienes me conocen que soy socialista convencido y militante sin fisuras del PSOE, pero eso no me ciega jamas para ver cuando un miembro de otra formación de izquierdas da en el clavo y contesta, con acierto, lógica y razonamientos, al primer advenedizo que "trabaja" sin vergüenza ni escrúpulos una poltrona a base de insultos, mentiras y manipulaciones, apoyado desde las teles "mas que amigas" y los medios pagados por la caja B del PP Gurtel.

Carta (con principios) a Pablo Iglesias

Raul Solis, periodista y miembro de Izquierda Abierta e IU

Pablo Iglesias ha soltado estos días atrás una frase de las que dan para escribir una tesis doctoral sobre intencionalidad política: "Se vive muy cómodo fiel a tus principios inamovibles sabiendo que vas a ser minoritario", le espetó el líder de Podemos a Izquierda Unida.
Según Pablo Iglesias, IU debería pedir perdón por tener principios y defender un modelo de sociedad que no se negocia a merced de las encuestas. Obvia Pablo Iglesias que si el mundo ha cambiado ha sido gracias a las minorías con principios que han defendido sus causas incluso cuando no estaban de moda las banderas que levantaban.
Fue gracias a una minoría absolutísima de mujeres que iban a contracorriente que se conquistó el sufragio femenino. Fue gracias a unos cuantos homosexuales y transexuales, hartos de las palizas que les daba la policía, que los derechos de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales son hoy imparables en todo el mundo.
Fue gracias a una minoría con principios por lo que los países se vieron obligados a abolir la esclavitud. Fue gracias a una minoría de activistas ecologistas y concejales -a quienes les pinchaban los coches, recibían amenazas y despedían del trabajo- que se pudo salvar de la especulación lo que aún queda vivo del pelotazo económico español. Gracias a una negra minoritaria con principios innegociables, que se negó a ceder el asiento del autobús a un blanco, empezó el fin a la división racial en Estados Unidos.
Gracias a una minoría también de periodistas que gritaban solos y que eran encarcelados y ajusticiados en la plaza pública, se conquistó la libertad de prensa. Es gracias a una minoría con principios que existen redes de solidaridad para las mujeres en países donde las mujeres no tienen derecho ni a firmar un documento público.
Fue gracias a una minoría que se sacudió la vergüenza y los señalamientos públicos por lo que la Plataforma de Afectados por la Hipoteca ha logrado que el derecho a la vivienda sea defendido hoy por una inmensa mayoría de la población. Y fue también gracias a un minoritario movimiento obrero por lo que la jornada laboral es hoy de ocho horas, con vacaciones retribuidas, derecho a baja y pensión en caso de enfermedad.
Se tiende mucho a pensar que los principios son un impedimento para lograr mayorías y es al contrario: no ha habido conquista social que no naciera siendo una minoría fortificada por principios innegociables. No estaría de más que recordaras que sumar mayorías con principios negociables al calor de las encuestas es de donde venimos, lo que nos ha traído hasta aquí y adonde nunca más deberíamos ir.
Tampoco estaría de más que recordaras que si puedes liderar un partido político,  y negociar con tus principios, es gracias a la gente que se dejó la juventud, la alegría y hasta la propia vida luchando por conquistar la democracia en medio de una cosa que se llamaba dictadura y que asesinaba, encarcelaba, daba palizas y te obligaba a vivir ‘cómodamente’ en el exilio por ser minoría. Las minorías son eternas ganadoras: todas las victorias sociales, políticas y económicas proceden de una minoría absoluta que a base de resistir, persuadir y no negociar con los principios han ido logrando convencer a las mayorías y construir un mundo más habitable.

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