Os hacemos una introducción de lo que fue aquella negociación y lo que realmente se consiguió durante y después de la misma. Entre junio y diciembre de 2006 hubo encuentros entre el Gobierno y la banda en los que predominó la tensión, los mutuos engaños y en los que el Ejecutivo no movió pieza. Menos aún que en el Gobierno de Aznar, que acercó presos de ETA al País Vasco, pese a que, en su proceso, solo hubo un encuentro entre una delegación del PP y ETA. Pero es a partir de que ETA se levanta de la mesa en junio de 2007 cuando se empieza a agudizar el enfrentamiento entre Batasuna y ETA, que era la pieza que faltaba para colocar a la banda en un proceso terminal, una vez que las Fuerzas de Seguridad, la colaboración internacional y el Estado de derecho habían demostrado su eficacia.
Ayer, Rubalcaba resaltó otro aspecto importante y fue su decisión de ordenar a las Fuerzas de Seguridad que no bajaran la guardia durante el proceso. Eso permitió que, al romper ETA la tregua, las Fuerzas de Seguridad detuvieran a tres cúpulas seguidas de la banda en dos años.
Por tanto, se puede concluir que aquella tregua fue un fracaso táctico, pero un acierto estratégico que, a día de hoy, ha hecho que ETA haya entrado en su etapa terminal. El PP nunca ha querido reconocerlo por partidismo sectario. Pero no es normal que el Gobierno no haga gala, con más frecuencia, de ese acierto y no proclame claramente que a una organización terrorista con base social solo se le bate con la combinación de una estrategia policial y política.


De menos a más. Por lo de los ejercicios de calentamiento. A ver: arriba, abajo; arriba, abajo… Uno, dos; uno, dos…


En El Mundo, además de Jiménez Losantos, que ya les contaremos, hay editorial. Conviene fijarse un poco en el número elegido por el martillo de herejes negociadores, porque no deja de tener su aquél: “El Gobierno cruzó con ETA dos líneas rojas”. Bien. Dos. Repito: dos. Descartemos pues las decenas de iniquidades cometidas por este zapaterismo corrupto durante el proceso de negociación, puesto que según nos dice hoy Pedro José no traspasaban nada, y prestemos un poquito de atención a esas importantísimas entradas en terreno prohibido. “La primera es que Zapatero aceptaba una negociación política con la banda en la que se podían poner sobre la mesa asuntos como el estatuto de Navarra, la legalización de Batasuna y la reforma de las leyes penales”. Si ustedes se toman la molestia de leer las llamadas actas publicadas ayer por El País, o incluso la realidad que les rodea, observarán con facilidad que nada de eso se aceptó por el Gobierno, que constantemente habla de las dos mesas de negociación, una de ellas política con los políticos, incluidos, naturalmente, los abertzales. ¿Con quién sino, habría que negociar?

Pocas páginas después, es enternecedor ver cómo el vicedirector de El Mundo, Casimiro García-Abadillo, hace encajes de bolillos para intentar demostrar lo indemostrable. Eso sí: se le alaba la voluntad. Uno de los enviados de Aznar a la entrevista con los etarras, el entonces secretario general de la Presidencia, Javier Zarzalejos, dijo la siguiente frase: “No venimos a la derrota de ETA”. La de los enviados de Zapatero, según el acta famosa de los etarras, es “El objetivo final del proceso no es la rendición de ETA”. Pues oigan, toda una columna para mostrarnos, ignorantes de nosotros, las cinco diferencias, que buscó siete, como en las páginas de entretenimientos, pero a tanto no pudo llegar.
Y hoy guardamos lugar de honor a la legión cóndor. Aquí llegan, en formación de ataque, ¡los comentaristas de Libertad Digital! Todos al suelo, que luego no me vayan a decir que no les he avisado. De entrada, los jóvenes valores haciendo méritos, que ya sabemos que la vida del meritorio es dura y el ascenso,escarpado:

José Antonio Martínez Abarca: “En esas actas de ETA los más moderados parecen ser los propios terroristas, a los que los pacificadores del Gobierno pasan cumplidamente en entusiasmo por el crimen (…) Muchos Gobiernos occidentales han hablado con terroristas, menos han negociado nada con ellos y ninguno ha sufrido una identificación con los asesinos como ha hecho éste, hasta el punto que resulte preferible caer en manos de un comando etarra que de algunos cargos del Ministerio del Interior español. Si hay suerte, en los zulos a veces dan de comer medianamente. En cambio, cuando un Gobierno socialista persigue un fin político para asegurarse el poder es mejor escapar si en algo tienes tu alma (…) En España ya cualquier cosa, por lóbrega que sea, es preferible a un encuentro en el callejón del ‘interés de Estado’ con los hombres buenos de las alcantarillas de Interior (…) Si se coincidiera con Rubalcaba en una convalecencia de lo de la próstata, a nadie le gustaría quedarse con él a oscuras”.
Pero atención, que llegan los veteranos, cruzado el rostro de chirlos y jabeques, muestras gloriosas de sus años en el tercio.
Pío Moa. “Que tenemos una casta política mafiosa y delincuente es algo que salta a la vista: es corrupta económica e intelectualmente, supedita los intereses de la nación a los de sus partidos (…) colabora con el terrorismo, se burla de la ley, ha acabado con la Constitución y el Estado de Derecho, arruinado la independencia judicial, facilita un proceso de descomposición de España por todos los flancos: Gibraltar, Ceuta y Melilla, nuevas ‘naciones’ y ‘hechos nacionales’, etc. Los dos grandes partidos, en especial el PSOE, tienen un historial delictivo impresionante, incomparablemente más dañino que el de cualquier delincuente común: en cualquier país serio sus jefes habrían ido a la cárcel hace tiempo. Ya ocurrió cuando González, y el propio González se libró por poco (…) Como bandas mafiosas que son, el Gobierno y la ETA llevaban sus chanchullos en secreto, y todos sospechamos que hay ahí mucha más podredumbre que la que ya se apreciaba fácilmente desde fuera. Desde la Transición, grupos de presión proetarras, sobre todo El País, propiciaron la nefasta 'solución política', consistente en hacer a la ETA las suficientes concesiones para que dejase de matar. Concesiones que corroían el Estado de Derecho y la unidad nacional, justificando implícitamente el asesinato como forma de hacer política (…) hasta que la ETA, en eso más veraz y honrada que la chusma política, dejaba a esta en evidencia al informar a los ciudadanos de que sí las había (…) La ETA dice la verdad y el Gobierno miente, esto puede afirmarse a ojos cerrados”.
Federico Jiménez Losantos en doble versión. Primero, ayer en es.Radio, su emisora: “José Luis Rodríguez Zapatero es el que lleva toda la negociación con la ETA en 2006 y se arrastra, pero como una babosa política, a los pies de la banda criminal. Para que la banda esté contenta, esté confortablemente asentada, como un igual que el Gobierno de España, cambia de ministro del Interior y pone a Rubalcaba, que debe el puesto a ETA, porque sino a lo mejor no lo habrían puesto, no, para espiar a todo el mundo…”. Y hoy, en El Mundo: “Antes y después de la Revolución Francesa el Gobierno ZP habría acabado en la guillotina. En la revolución americana, anterior y mejor que la francesa, Washington se habría limitado a fusilarlos por el mismo delito de alta traición: colaborar con los enemigos de la nación y atentar contra sus conciudadanos en vez de defenderlos, como juraron al asumir el cargo. Contra el peor delito político sólo cabe la máxima pena, aunque pueda conmutarse el paredón, la horca o el garrote por la cadena perpetua”.
Y para acabar, no el peor, pero sí el más grosero: César Vidal, en es.Radio: “A mí todo me parece enormemente grave, pero hay un hecho central, de una gravedad tremenda, que en cualquier país provoca una caída de Gobierno (…) Es la prostitución absoluta de un poder político, pervirtiendo el aparato del Estado (…) Nosotros atamos de pies y manos a la Policía, a los fiscales, a los jueces y además hay gente que se presta (…) Que un Gobierno se dedique a prostituir y a pervertir el aparato del Estado es terrorífico”. Y ahora, fin de fiesta, cohetes multicolores incluidos: “José Luis Rodríguez Zapatero le bajó los pantalones al Estado de Derecho para que la banda de los terroristas de ETA lo sodomice”.
Y ya lo dejo. Que a mí es que me ha entrado así como un hormiguillo.
Y hasta aqui lo que el maestro ha sido capaz de escribir. Y mi pregunta es la que desde hace unos años vengo repitiendo a todo el que me quiere oir; ¿vamos a permitir que esta gentuza, esta pandilla de miserables, lleguen al gobierno de España?, ¿Seremos capaces de no hacer nada para evitarlo?
http://www.publico.es/368858/eguiguren os adjunto el link sobre la declaración de una de las personas que fue a contactar con los miembros de ETA. La noticia ha salido hace escasos minutos.
En declaraciones a la Cadena SER, Jesús Eguiguren dice:
- sí hubo contactos con ETA tras el atentado de la T-4, aunque ha asegurado que "no se negoció".
- "Fuimos porque determinados presidentes de Gobierno de Europa y Gerry Adams transmitieron que ETA tenía algo muy importante que decir y podían cambiar las cosas", ha dicho. Eguiguren ha señalado además que "fuimos a escuchar lo que tenían que decir, no dijeron nada especial y nos volvimos".
- Respecto a las famosas actas ha dicho; "Thierry no es Vargas Llosa, su especialidad no era la de escribir", ha manifestado Eguiguren, que además ha añadido que no se reconoce "en esas actas", a pesar de estar presente en las reuniones."Son actas hechas para convencer a su gente de que la responsabilidad de la ruptura había sido del Gobierno", ha afirmado.
- Eguiguren también se ha manifestado en la radio sobre el caso Faisán. El presidente de los socialistas de Euskadi ha insinuado, que la operación se atrasó porque había "gente infiltrada". "La Policía detiene cuando le conviene detener, no cuando localiza a los terroristas y todos sabemos que en Faisán había gente infiltrada", ha manifestado. Eguiguren ha reconocido además que "ETA, uno de ellos en persona, me dijo a mí que ya sabían porque se había atrasado eso".
En las proximas elecciones hemos de ir todos a votar en masa. Pero no votes ladrones, no votes Gurtel, no votes Rajoy ni a su banda de mafiosos y canallas. No votes Partido Popular chorizos por tradición.