Es sábado y como bien es sabido un día para el descanso. Pero ayer alguien dado a la estridencia verbal y al histrionismo del que se las da de saber mucho de todo, del genio de la lámpara, o como diría el castizo de ser más chulo que un ocho, despertó mis ganas de comunicarme con mis amigos. Esta mañana hablando en la cafetería con un buen amigo sobre el discurso de ayer del ex presidente Aznar y ante la indignación que demostraba le he preguntado; ¿Qué te parece este hombre?, y sin parpadear me suelta ¡ este es un tío mierda ¡. Entiendo su exabrupto por la condición de asalariado que ha tenido durante toda su vida. Asalariado de zanja, pico y pala. Asalariado que ve como algunos de sus familiares se van quedando en desempleo por una crisis que no sabe bien porque nos la “endilgo” pero que nos está haciendo mucho daño. Un asalariado que ve como el ex presidente cobra más de un millón de euros al año de empresas extranjeras y de algún lobby de extrema derecha, para hacer todo el daño posible a la economía de España, a la que él mismo ayudo a hundirse con su tan cacareado “milagro económico”, el ladrillazo que trajo la crisis y la corrupción generalizada del PP (chorizos por tradición)
No entendía por qué me mostraba tan sosegado escuchándole “bramar” recordando cada una de las frases repugnantes que el ex presidente lanzo contra España, contra los españoles, contra los trabajadores que a golpe de telediario se van enterando de qué va esto de la crisis y cuáles son las medidas que adopta el gobierno para que salgamos cuanto antes de ella. Las dificultades que pasan millones de familias y las medidas impuestas por los organismos internacionales para que los países de la UE puedan seguir financiándose por medio de la deuda pública.
Tuve que explicarle el porqué no me enfado con el ex presidente. Le dije que el PSOE debería fichar a Aznar de por vida, y si es posible que se trajera a Mayor Oreja de la mano. Viéndole a él desgañitarse mentando la madre del antedicho, la respuesta es obvia. ¿Cuántos votantes progresistas, de izquierdas, saltaron de la silla acordándose de toda la familia del innombrable?. ¿Cuántos de esos miles y miles de posibles abstencionistas dieron un golpe en la mesa pensando en las próximas elecciones?. Y sobre todo ¿Le hizo mucha gracia a Rajoy oír a los dos “tenores”, Aznar y Oreja, soltar el discurso antiespañol para intentar hacer daño al gobierno?.
Sinceramente creo que cada vez que Aznar abre la boca moviliza a unos cuantos miles de posibles abstencionistas de la izquierda y si a eso añadimos a Mayor Oreja, el número de abstencionistas se reduce considerablemente. El PSOE debería fichar a los dos, y si no al menos “cabrearlos” lo suficiente como para que salten un par de veces por semana de aquí a las elecciones. Decididamente creo que a Rajoy y a todo el PP (chorizos por tradición) no les hizo mucha gracia aunque le aplaudieran el discurso. Un discurso que dio alas a algunos dirigentes del PSOE para echar más leña al fuego, incluso para llamarle “felón”, que quiere decir algo así como, traidor, pérfido, desleal, infiel, cobarde, traicionero, etc. Qué duda cabe que es eso y muchas más cosas, pero se debe ser agradecido y motivarle para que salga de nuevo a los “escenarios” y junto con su fiel escudero Mayor Oreja nos brinde otra actuación como la de ayer. El día que nos falte no sé de dónde va a sacar la izquierda un personaje que movilice a sus votantes con más brío.
Leía el otro día un artículo de Antonio San José en el que se mostraba muy pesimista sobre remontar las encuestas por parte del Gobierno. Y pedía algún milagro entre otras cosas. No hace falta ningún milagro Sr. San José, como decía Aznar de sí mismo “el milagro soy yo” (refiriéndose a la economía, casi nada), podemos tomar la frase y decir que “el milagro es Aznar” para borrar de un “discurso” la mayoría del abstencionismo de la izquierda, el resto saldrá del acierto en las negociaciones con los sindicatos y el resto de partidos que, cómo no, el PP (chorizos por tradición) tratara de boicotear, pero ahora el Gobierno lleva las riendas y no las va a soltar. Algo se ha conseguido. Hacer que Rajoy salte del diván y que al tiempo se pongan nerviosos sus vociferantes corifeos.
Reflexionaba Ignacio Escolar hace unos días en su columna de Público dudando de que el PP (chorizos por tradición) lo tenga tan bien como le dicen sus encuestas. Yo hace tiempo que lo dudo. A poco que nos ayude un par de veces más el ex presidente y que el Gobierno acabe las negociaciones pactando con la mayoría de agentes sociales y partidos, a Rajoy le aflorara el “forúnculo” que ha estado alimentando durante toda la legislatura.
En las proximas elecciones hay que ir a votar en masa, pero no votes ladrones, no votes Gurtel, no votes PP (chorizos por tradición).
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